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24 de febrero de 2016

La era del saber y del entendimiento.

 (Antes de leer no te ofendas por las generalizaciones que hago, cada persona es un mundo. Lee y céntrate en otras cosas antes que pensar en que hiero tu orgullo personal hablando de colectivos. "Se ofende quien quiere, no quien puede".)
 
¿No te sientes sucio cuando estás viendo las noticias y se centran más en las publicaciones y perfiles de los políticos en Twitter (y las fotos que suben, los seguidores que tienen etc) que en que el número de personas con problemas mentales así como con estrés y/o depresión está aumentando, por ejemplo? Pues yo sí. Vivimos en una falsa idea de información.
¿Que por qué me siento sucia por esto? Buenos pues porque he crecido en esta sociedad y por tanto en el sistema educativo que han querido que yo tenga. Me han inculcado el pensamiento que quieren y que han planificado, así como deciden lo que vemos o no vemos y de lo que nos informamos o no.

Me enfada y me llena de hastío que los estudiantes inviertan más tiempo en buscar nuevas formas de copiar en los exámenes antes que aprender. ¿El problema? La matanza a la curiosidad y a la cultura que se lleva haciendo durante mucho tiempo. Y, no es culpa realmente de los profesores debido a que ellos han crecido en el mismo sistema que sus propios alumnos. Los profesores también se han copiado y su curiosidad también ha sido destruida. Ojo, no saltes que como he avisado antes no quiero generalizar aunque lo haga, ya que hay personas que tienen su curiosidad y sus ganas de aprender y enseñar intactas pero, ¿son estas personas realmente reconocidas? ¿Los alumnos (por ejemplo) hacen el mismo caso a un profesor que busca nuevos métodos de aprendizaje tales como excursiones que a otro que les pone exámenes y pruebas de memoria todos los viernes? En este tema en particular habría que hablar también sobre el mayor o menos grado de respeto y educación de los jóvenes de ahora y su implicación e interés en la cultura. Reflexiona sobre el país en el que vives.

¿Por qué tanto auge a los radicalismos y tan poco al respeto? Porque todo es una lucha constante para la victoria del animal con el traje más sangriento. El que más ha hecho daño pisando y arramblando con todo. Ahora está bien visto robar y que no te pillen como cuando hace un siglo el que vivía de la explotación del campesinado y de las rentas de la tierra sin trabajar era el caballero más honroso y envidiable... ¿Ha cambiado mucho España?
Me gustan las personas que luchan por sus principios pero, hay distintos tipos de lucha. Yo idealizo la lucha noble, no la egoísta. Idealizo una lucha respetuosa sin asesinos ni asesinados. La lucha por la búsqueda de un intercambio de ideas y de aprendizaje con otros.
La lucha egoísta es una lucha por la sensación triunfante de un falso orgullo, una satisfacción personal y maracada con odio.
La gente que lucha de esta última manera no se sabe masturbar. No saben quererse o directamente no se quieren a sí mismos. Su amor es narciso y se añoran cuando en realidad no son NADA. Y es, en el momento en el que nos damos cuenta de que somos NADA cuando somos libres, felices y estamos en paz con el resto de personas porque todo nos da igual. Todo es vida.
Todo el que no sabe esto o lo olvida inventa una propaganda por y para el odio; odio a la religión o al ateísmo, odio a gente del partido político contrario o incluso, odio al vecino. Este último se puede defender alegando que tu vecino puede coger el mismo ascensor que tú... Vivimos con una sobre carga de odio. La gente no se quiere.

Hay que saber mirar a la gente, saber escucharla realmente sin odio y sin prejuicios pero claro, si nos dedicamos a repetir unos valores preimpuestos por los periódicos o por nuestros padres, nunca sabremos lo que es el amor, solo el odio y la envidia.
Admiro a la gente que lucha noblemente y me compadezco de esos otros que tienen los ojos cerrados y legañosos y los oídos llenos de cera.

Eso sí, las personas que luchan noblemente, las personas buenas, no se deben dejar pisar... Siempre agradablemente hay que saber cerra bocas.

A.

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