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21 de octubre de 2014

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"He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos."
(El Principito, Capítulo XXI)


Comienzo esta entrada con el texto del gran libro al que pertenece. Siento gran admiración por esta obra ya que en cada edad que se lee, se descubren cosas nuevas. Te ruego que dentro de unos años te la leas (si no te la has leído ya, que si no es así te recomiendo que lo hagas cuanto antes) y posiblemente, y espero no equivocarme, tendrás una nueva visión de sus palabras o, como mínimo, recordarás cosas que habías olvidado.

Dicho esto, me gustaría reflexionar un poco.
Lo primero que me viene a la cabeza es la frase que todos habremos oído o leído: "Las apariencias engañan" o bien la de: "No juzgues un libro por su portada."
No quiero indagar mucho en el tema porque es algo que todos conocemos y supongo que habremos pensado en algún momento de nuestra vida, pero quizá no estamos suficientemente concienciados con ello. Yo incluida, tendemos a fijarnos en el exterior del individuo y, es lógico, lo primero que vemos, llega a nuestro cerebro y ya el instinto, (basándose en lo aprendido) fija una pequeña etiqueta o imagen sobre dicha persona.
Con esto, no quiero decir que al ver a un hombre con un pasamontañas negro, saliendo de un banco, con un arma, y seguido por la policía, no debamos fiarnos de que es un ladrón ya que lo juzgamos sin conocer. No. Hay que ser realistas. Otra cosa es ser superficiales, no ser una persona que se fija SOLAMENTE en, podríamos decir, el exterior del individuo, sin querer indagar en su personalidad, sus pensamientos y quedándose sólo con su imagen externa y sin querer o queriendo, etiquetándolo como un alguien.
Volviendo al texto de arriba y sin explayarme mucho más, decir que sólo con el corazón se puede ver bien, y es algo que olvidamos demasiado. Quizá merezca la pena conocer a una persona y juzgar con el corazón, a no querer conocer y juzgar por apariencias. Quién sabe, a lo mejor nos podemos sorprender de las personas que están debajo de esos juicios externos.

Un saludo,
A.

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