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16 de noviembre de 2015

Mañana.

Si este es mi último día en la Tierra, no quiero saber nada del mundo. El horror creado es solo otra forma más de subir el ego de las altas élites. Me dan asco todos. Occidente y Oriente son iguales para mí. Norte y Sur no existen.
Si este es mi último día en la Tierra, quiero acordarme de aquello de lo que ellos no controlan, la sonrisa. Los malos no sonríen. Solo los humildes controlan el mágico poder de la risa.
Al ser este mi último día en la Tierra, reflexiono sobre la inutilidad del ser humano. No somos nada. Luchamos por el control de un mundo y por la imposición total de unos ideales violentos que son superficiales.
Como es mi último día en la Tierra, me doy cuenta de mis miedos supérfluos. Lo único que puede pasar es que me muera, y eso ya lo haré el día de mañana. Vivo en mi mundo sin preocupaciones reales, sin una agonía permantente como lo están haciendo otros. Vivo sin infiernos constantes pero, aún así, quieren que vayamos al infierno día a día.
Mi último día en la Tierra escribo, es lo único que se y que puedo hacer. Y lucho. Voy a morir empuñando un arma pero, un arma verdadera.
No quiero morir.
¡NO QUIERO MORIR!
Al igual que ellos no quieren, los asesinos también son víctimas condenadas de mentes mayores.
Nadie debería decidir la hora y fecha de la muerte de nadie. No juguéis a ser Dios y mucho menos, no defendáis vuestras acciones por cumplir las palabras de un Dios.
Los libros sagrados han sido escritos por hombres.
Y escribo, que mis palabras se las lleve mi conciencia y que estas frases sean el fuego que queme las mentes de los débiles de espíritu.
En la Tierra es mi último día, y sonrío. Y lloro.
Soy libre y soy humana. No soy absolutamente nada, pero voy a ser la mejor versión de mi nada y voy a luchar por un mundo con menos ideales violentos. Pero tranquilos, lucho y no con la muerte. Hay más formas de defender unas creencias.
Aún así, no lucho por la libertad (para mí no existe, lo que para uno es coacción, para otro es libertad), lucho y lucharé por el respeto.

Como voy a morir,
se que no he aprovechado el tiempo como debería pero tarde es para lamentarlo, así que sonrío y escribo. Las únicas dos cosas útiles y que merecen la pena en mi vida.

Esta entrada ha sido escrita mientras mi mente pensaba en los atentados últimos sucedidos en Francia, pero va dedicada a todos esos países por los que no he escrito las entradas suficientes y que viven en una eterna agonía por culpa de intereses que nada tienen que ver con la sonrisa de un niño.
Esta entrada, este texto, va dedicado a aquellos tiranos que luchan por un mundo en el que reinen las ideas que ellos creen verdaderas. No va solo por el Estado Islámico, va por los ideales del dinero también.
Siento muchísimo el dolor que están pasando las personas que viven aterrorizadas por estos ataques. Lo siento. Esta entrada es suya, estos pensamientos son suyos.

Un saludo.

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